Hace ya años que muchos venimos observando en el panorama eléctrico español movimientos sospechosos que deberían habernos hecho sospechar de que algo no estaba yendo todo lo bien que debiera. En las postrimerías del boom de la construcción, bancos y empresas inmobiliarias invertían sus pingües beneficios en comprar partes (o todas) de empresas energéticas. Contemplábamos(…)

Compárte este artículo

  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn
  • Email
  • RSS