FER defiende que se sigan fomentando las exportaciones más allá de los países de la OCDE, que están sirviendo de válvula de escape a las empresas europeas ante la caída del mercado interior.

En ese sentido, la Federación ha transmitido su  total desacuerdo, sobre la posibilidad de implantar un sistema de certificaciones a las exportaciones de residuos que van a plantas de tratamiento situadas fuera de la OCDE, a diferentes administraciones, como el Ministerio de Industria, Medio Ambiente y los europarlamentarios españoles, y en la consulta pública iniciada por la Unión Europea.

FER se opone a ese sistema de certificaciones, tanto si es voluntario como obligatorio, pero especialmente, si se impone como obligatorio. Puesto que las empresas europeas se verían en la tesitura de tener que verificar, por ellas mismas o por externos, que las instalaciones de destino fuera de la OCDE cumplen con los requisitos del sistema propuesto.

La Unión Europea no puede tomar esta iniciativa que afecta a tantas empresas, fuera y dentro de Europa, de forma unilateral. Además, este tipo de acciones deben plantearse a nivel gubernamental, no puede recaer todo el peso en las empresas europeas. La Federación también cree que el sistema de certificación no va a solucionar los problemas en los envíos ilegales, sólo va a añadir cargas burocráticas, altos costes y pérdida de competitividad a las empresas europeas autorizadas que sí actúan correctamente.

FER coincide plenamente en que hay que combatir los traslados ilegales de residuos y buscar soluciones a este problema, además de contribuir a la protección del medio ambiente. Protección en donde la industria recuperadora y recicladora europea juega un papel fundamental y esencial, sin la cual  no se podría llevar a cabo. No obstante, este control no debe hacerse a costa de aumentar los gastos y cargas que las empresas autorizadas, y que operan legalmente, tienen que asumir, como supondría la implantación del sistema de certificaciones propuesto por la Comisión europea.

Ventajas de la exportación

 

Las correcta aplicación de políticas en materia de gestión de residuos han dado lugar a que hoy día en Europa se recojan y gestionen más residuos que nunca, de manera que la industria recuperadora se ha convertido en un elemento vital de la economía y de la sociedad.

Actualmente, la Unión Europea recoge más metales férricos y no férricos de los que pueden ser vendidos dentro de Europa, de ahí la necesidad de exportarlos a otras partes del mundo.

Un ejemplo de que Europa alberga un gran excedente de metales férricos es el dato de que en 2012 las reservas de acero alcanzaron las 2,5 millones de toneladas, a pesar de que la demanda de acero en la actualidad es un 25% menor que en 2007.

Similares cifras arrojan las reservas de materiales no férricos.

Por lo tanto no hay riesgo de escasez física de metales que pueda justificar ningún tipo de restricciones a la exportación, ya que el suministro a las plantas metalúrgicas europeas está asegurado.

En este contexto, la exportación ha sido una vía para que las empresas recuperadoras europeas puedan dar salida al material que no venden en el mercado interior. Si no fuera por estas exportaciones, muchos trabajadores europeos habrían perdido su empleo.

La misma situación se produce a otros materiales recuperados como el papel o el cartón, por lo que REPACAR y FER van de la mano en esta posición.

 

 

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