La importancia de estar asociado y de que todos contribuyan o una parábola para explicar por qué la unión hace la fuerza
Para no señalar a nadie vamos a hacer un paralelismo de un recuperador actual con un ganadero del antiguo oeste. Sus antes cientos de hermosas y orondas vacas, debido a una larguísima sequía, son ahora un puñado de delgados sacos de huesos que tienen más cuernos que carne y casi dan más disgustos que alegrías.
Pero no es usted el único al que afecta la sequía y lo pasa mal, y los coyotes, los indios y los cuatreros que se llevaban de vez en cuando alguna res no eran más que una pequeña molestia, pues tenía cientos… Pero ahora que usted tiene muchas menos, ellos tienen más hambre, pues los coyotes antes comían conejos y otros animales de los que hay menos y los indios cazaban búfalos que ya hay pocos; al contrario de los cuatreros cada día hay más, por lo que ahora son un peligro más que serio para su viabilidad.
Sin olvidar que los agricultores del pueblo, también por la sequía, tienen peores cosechas y han conseguido que el alcalde para favorecerlos a ellos ponga una valla de alambre rodeando a uno de los escasos manantiales con pastos para uso solo de ellos, intentando quitarle a los ganaderos una ahora más que nunca necesaria fuente de agua y alimento, que antes era libre.
Frente a todo eso usted y el resto de ganaderos con sus cada vez más escasos recursos, ¿qué pueden hacer? Usted sólo, aisladamente puede contratar un mayoral para que le vigile las vacas y luche contra todo lo anterior, pero es una elección diabólica, pues además tiene que comprar pienso, tiene que pagar a los vaqueros, arreglar el granero y, en definitiva, pagar otros gastos que no tienen fin. Y como hemos visto, las vacas ya no dan tanta leche y carne como antes…
Pero claro, piense que el mayoral es el que va a luchar por usted contra los cuatreros, los indios y los coyotes e incluso contra las cercas del alcalde y los agricultores y estos tienen, respectivamente, pistolas cargadas con balas, arcos con flechas, bocas con colmillos y leyes. Si el mayoral no tiene medios porque con sus escasos recursos no llega más que para que tenga un palo, poco va a poder hacer. Seguro que piensa que porqué tiene usted que mantener el mayoral, si hay muchos otros que se benefician de su lucha, y tiene toda la razón. Ahora más que nunca, si no forman un todo unido y no forman un frente común que les dé la suficiente fuerza para luchar por todos, al final pierden todos.
Casi todas las ganaderías son un negocio familiar con vocación de permanencia en el tiempo (no son comisionistas o aventureros que hoy pican aquí porque hay altos precios y cuando caen esos precios se van a otro), sino que desean que pase de padres a hijos y que tienen medios cada vez más escasos y nadie garantiza resultados; pero si van por libre y no luchan y no tienen a nadie que les defienda, las probabilidades de que entre los coyotes, los indios, los cuatreros y los demás se lo coman todo son más elevadas. Al que no se mueve porque confía en que luchen los demás, sólo le puedo decir que si ellos pierden, también pierde usted, y como le dije antes, al final pierden todos.
Fernando Ernesto Rodríguez
FER